martes, 7 de junio de 2011

No esperaremos que te juzgue la historia, lo haremos nosotros aquí y ahora!!!

Por Arnau Pales Fotal Camp

Hace 2 años cuando teóricamente la izquierda partidaria junto con sus aliados variopintos de El Salvador tomó posesión de la presidencia a través de un connotado periodista llamado Mauricio Funes, nadie con la madurez política suficiente pensaba que todo lo malo se iba a cambiar de la noche a la mañana por mucho gobierno del cambio que nos hubiesen vendido. Sin embargo el anhelo de muchos de nosotros era que aunque fuese de a poco se generaran transformaciones positivas en todos los ámbitos del país.

Muchos llegaron a catalogar a Mauricio Funes como un auténtico estadista, un hombre que encumbrado en su aura de ecuanimidad enfrentaba inclusive al propio partido que le prestó su bandera para llegar al poder. De esta forma ha venido ganándose el aplauso, un aplauso interesado que proviene de quienes antes le abucheaban y le llamaban “títere”, no el mío ni el de millares de salvadoreños que trabajamos por un triunfo real basado en nuestros ideales y aspiraciones colectivas.

He tratado de entender sus formas de actuación y la verdad es que esto se llegó a convertir en un ejercicio constante porque mi desencanto no es de ahora sino casi desde los primeros días en que iniciara su mandato. Aun así me decía a mi mismo que “el hombre iluminado este” debía estar sometido a presiones por todos lados y que en su interior seguramente desearía estar más junto al pueblo pero en aras de garantizar la “gobernabilidad” asumía decisiones que nos chocaban. Mi paciencia quizás es muy corta, no había escrito nada por dar el beneficio de la duda, hice caso a personas que aprecio infinitamente que me decían: “Mira tus señalamientos están bien pero dale tiempo”, y dije: “perfecto, le daré 6 meses” que luego se transformaron en un año y al final admito que caí en la pereza de escribir sobre cosas que probablemente estén a los ojos de todos, y aunque es presuntuoso pensar que alguien esperaba por mi pronunciamiento también sería traicionarme a mí mismo si no expreso los sentimientos y pensamientos que se me vienen acumulando.

Si usted lee esto y piensa que escribo con el hígado más que con la cabeza probablemente este en lo correcto, en momentos de arrechura como estos es difícil decirle al hígado que se esté quieto. Tengo la ventaja de no ser uno de esos diplomáticos y pseudo políticos que viven del discurso hipócrita y ventajista. No soy quien para llenarme la boca de adjetivos pero me considero un hombre de izquierda que ha luchado en la medida de sus posibilidades por la justicia y la igualdad con las banderas de solidaridad y dignidad bien empuñadas.

Quiero compartir con ustedes esos “pequeños detalles” que fueron colmando el vaso de mi paciencia y los enunciaré como si se los estuviera diciendo al presidente de los salvadoreños a la cara, así que aquí les voy:

  • · Vos Mauricio te comportaste como todo un prepotente al apresurarte a contratar campos pagados en la prensa derechista salvadoreña para decirle al pueblo y al partido que te había llevado al poder frases que para aterrizarlas se resumen en: “¡Aquí yo soy el puto amo!, ¡Callénse que aquí solo yo decido!”. Y con esa conducta tan típica en vos te has llevado de encuentro hasta a tu esposa Vanda Pignato, al Vicepresidente, y más importante aun… Al pueblo.
  • · Tu forma de garantizarte presencia mediática Carlos Mauricio es tan similar a la de tu predecesor Antonio Saca, parece que en los días que te entregó Casa Presidencial te endulzo bastante el oído y te dejo con GANAs de trabajar igual que él.
  • · Vos Mauricio te has quedado en silencio respecto a la lucha de los compañeros ambientalistas en Cabañas, que han sufrido persecución y asesinatos sin encontrar justicia y mucho menos apoyo de tu parte a estas alturas.
  • · Vos Mauricio, te pusiste del lado de las grandes compañías de telecomunicaciones del país favoreciendo sus mezquinos intereses y manteniéndole al pueblo un cobro de tarifa fija injustificado.
  • · Vos Mauricio, te comportaste como todo un “ni chicha ni limoná” durante los días del nefasto golpe de estado en Honduras, y lo que hiciste después al convertirte en el perrito faldero de Estados Unidos no tiene nombre, el Porfirio Lobo y todos los artífices del Golpe de Estado en Honduras te deben a vos y a tu Canciller seguramente un fuerte abrazo (como mínimo) por todas “tus gestiones y buenos oficios”. Y ya que hablamos de Honduras se me viene a la mente que el flamante embajador que teníamos en Honduras para ese tiempo era el escuadronero de Ochoa Pérez, y bueno ya con ganas de ser más curiosos si revisamos toda nuestra representación diplomática encontraríamos más joyitas como la antes mencionada.
  • · Vos Mauricio mantuviste a Salume en la CEL hasta que él decidió irse, si no seguro que ahí lo tuvieras, ¿Qué caro te salió el préstamo de su padre verdad? Vos a los buenos elementos no los tomas en cuenta y a los corruptos les das la oportunidad que se vayan hasta que les dé la gana renunciar.
  • · Vos Mauricio sos culpable de la vergüenza infinita que sentimos cuando algunos se refieren a este gobierno como “el primer gobierno de izquierda de El Salvador”.
  • · Vos Mauricio, que por astucia propia, o por la incompetencia o urgencia de la dirigencia del FMLN que no pudo establecer acuerdos en firme sobre como actuarían al ser gobierno, ahora haces amaños y entendimientos con la extrema derecha de nuestro país.
  • · Mauricio, tu cobardía y arrogancia conjugada te dejan tan mal parado que das pena ajena, luego de ser un gran comunicador te convertiste al oscurantismo, y ademásada dos por tres te colgas de la figura de Monseñor Romero, que lejos de ser tu referencia moral ahora lo utilizas más como un escudo, pero todos ya vimos que te queda grande, así que deja de hacer el ridículo.
  • · Por todo esto y por un sinfín de cosas que seguramente se me han quedado por fuera, quiero decirte que no nos vamos a conformar con pensar que la Historia más adelante te juzgará, es que hasta esa frase es como para adormecernos, por eso no la acepto como válida. A personas como vos, que se dan más vueltas que un perro antes de echarse la historia los juzga de maneras muy raras, cuando terminan sus periodos los coloca por todo el mundo dando ponencias magistrales sobre democracia, gobernabilidad o recibiendo títulos honoris causas, o les regala puestos muy bien pagados en organismos internacionales.
  • · Al cumplir dos años de tu mandato de un zarpazo y con una celeridad inusitada acabaste con lo poquito bueno que habías avanzado dando un golpe mortal a la institucionalidad, a la independencia de poderes. Al sancionar el decreto emitido por la derecha legislativa que busca anular el papel protagónico y respetable que venía asumiendo la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia demostras tu miedo ante los procesos que pueden cambiar la historia de este país y generar los mecanismos necesarios para encontrar la verdad y justicia tan postergada.
  • · Este pueblo tiene en su camino martirial un historial infinito de opresión, atropellos y desilusiones, pensábamos que el cambio empezaba a tu lado, pero la verdad es que el cambio llegará a pesar de vos, lo verás en nuestros jóvenes, en nuestros adultos encachimbados, en las movilizaciones, vamos a salir a buscarte y aunque te escondas te encontraremos para juzgarte, no dejaremos que la pluma poderosa imperialista se nos adelante al escribir la historia.

2 comentarios:

Arely Sánchez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Arely Sánchez dijo...

Siento y comprendo al 100% tu indignación expresada en esas letras. Soy yo tambien una Indignada más que si bien quise dar mas tiempo de "duda" esto no dá para mas; y por la misma indignación que sienten personas que fueron a cuidar fronteras por varias noches antes del aquel 15 de marzo de 2009, por cierto tan esperado por muchos de nosotros es que se que el clamor se oye cada día mas fuerte y aunque no deja de dar miedo ( por aquellos que iran de pezca en río revuelto) creo que al fin sucedió algo para despertar del letargo en que algunos caímos.
Arely Sánchez