martes, 9 de agosto de 2011

Mi particular "Amor Al Arte" y el 30 de Julio

Por Carlos Pacheco.

El 30 de julio de 2011 cerca de la medianoche terminaba la participación del Grupo Trova en el "concierto homenaje" a los compañeros y compañeras asesinados el 30 de julio de 1975.

Como es costumbre entre los "estudiantes organizados" planearon el evento con apenas semana y media de antelación, y para nuestra sorpresa nosotros eramos parte del "proyecto del concierto", es decir estábamos listados entre los grupos que participarian, de lo cual nos enteramos solo 3 días antes de la actividad.

A pesar de lo anterior y la falta de respeto expresa hacia nosotros decidimos actuar poniendo dos condiciones únicamente:
  1. Sonido "decente" para una buena puesta en escena y
  2. Tocar primeros o segundos porque el siguiente día teníamos que atender compromisos temprano fuera de San Salvador.
Como verán las condicionantes parecen sencillas y de fácil cumplimiento. Los organizadores expresaron que sí habría sonido y equipo suficiente, y que iríamos de segundos.

Llegamos antes de las 8 p.m. (luego de cargar nuestra propia batería, guitarras, bajo y amplificadores en el lugar donde ensayamos) y a esa hora entre testimonios y ajustes técnicos aún no habían iniciado nuestros amigos de NAJUFRE, ya cuando ellos empezaron con su presentación nos enteramos que nos habían metido en medio a otro grupo, también amigos, ECOS NATIVOS, y bueno dijimos, de terceros no hay problema, luego ya abusando de nuestra buena voluntad se nos acercaron para decirnos que meterían un punto de teatro, ahí ya nos pareció demasiado y les explicamos que debían ajustarse al programa por respeto a todos.

Durante la intervención de los Ecos se vino el agua que nunca falta en estas fechas y solo la tarima tenía toldo, para resguardo de los instrumentos de los grupos no había nada, así que se nos mojaron los amplificadores, y los estuches y equipo propio hasta que logramos subirlos a la tarima.

Hasta este punto habían inclumpido una de las condiciones, y el incumplimiento de la otra se veía venir, al estar como público el sonido ya evidenciaba muchas carencias, pero cuando nos tocó a nosotros probar el equipo directamente nos encontramos con algo espantoso, todo parecía recogido de algún basurero, no tenían cables buenos, ni micrófonos, ni pedestales, en apariencia había muchos parlantes, monitores, pero sonaban de lo peor, gracias a ello la prueba de sonido fue extensa y desgastante y cuando intentamos hacer sonar todo no sonaba, se perdía el sonido de las voces, no se escuchaban todas las guitarras, y bueno un sinfín de etcéteras que se repitieron e hicieron presente para entorpecer la interpretación de cada una de nuestras canciones al punto de llevarnos a los límites de la tolerancia.

Acepto que al finalizar estaba más molesto con nosotros mismos que con los organizadores, tenemos casi una década de asistir a estos homenajes, que deberían servir para desarrollar la memoria histórica de nuestro país, y no para servir de patio para los alcohólicos y drogadictos (conste no tengo nada contra ellos, cada quien es dueño de su vida, pero cada cosa tiene su momento) que llegan a instalarse en los jardines de la Universidad mientras transcurre la vigilia. La culpa es nuestra por pecar de ingenuos, de inocentes; y por refrendar la actuación de quienes viven instalados en la mediocridad.

Mientras arreglaba las cosas para bajarme de la tarima me encontré con mis hermanos de Sierra Madre quienes notaron mi enojo, Josúe, uno de sus integrantes, me dio algunos mensajes tranquilizadores y terminó con ¿Qué pasó con el amor al arte? ...

Pues eso, la pregunta me ha rondado con insistencia durante estos días y ahora quiero exteriorizar mi respuesta, lo que pasó con el amor al arte, o el amor a mi oficio e intento de cantor es que se me ha profundizado con el transcurrir de los años y por eso mismo es que me duele y me indigna cada vez que alguien sin conocimiento ni respeto alguno por las expresiones artísticas (como los organizadores de este evento) atropella una y otra vez el trabajo artístico que realizamos, que no consiste en nuestro caso solo en agarrar las guitarras y los "cuchumbos" y subirnos a cantar, ya que aunque no vivimos de la música hacemos esta labor con mucha seriedad y sacrificio, ensayando 6 ó 7 horas semanales (imaginen lo que significa para nuestra agrupación lograr reunir y armonizar el tiempo de 7 personas que tenemos compromisos laborales, estudiantiles, familiares, etc.).

Tengo un agradecimiento sincero con mi camarada de Sierra Madre por haberme recordado esa típica pregunta que a veces nos repiten personeros de distintas entidades (culturales, sociales, artísticas, educativas, políticas) que buscan endulzarnos el oído cuando nos invitan sin garantizar condiciones mínimas de traslado, alimentación, sonido, honorarios, etc. Ahora ya tengo una respuesta depurada para ellos.

Como interpreto que el arte es un producto o creación del ser humano, y el amor por la humanidad es una de nuestras banderas, entonces el arte en cualquiera de sus formas merece amor, y el amor exige respeto, por tanto y muy a mi criterio, Amar el Arte es Respetarlo, si alguien nos tilda de "poco consecuentes" o "aburguesados" por defender eso pues muy cosa suya, nos tiene sin cuidado.

En la guerra los trabajadores del arte hacían una labor titánica y no importaba si había sonido, si había transporte, si había comida, de alguna manera se "resolvía" pero no por ello actuaban de forma desorganizada, sin claridad, sabían perfectamente que en la medida de las posibilidades las cosas tenían que hacerse bien para transmitir el mensaje. En estos tiempos con mayor disposición de recursos y relativa calma para desarrollar procesos organizativos las cosas deberían hacerse mucho mejor.

P.D.: Fuera del tema musical y hasta la hora en que estuvimos vale la pena agradecer y valorar el primer testimonio de la señora que se subió a dar un buen jalón de orejas a la concurrencia por su mal comportamiento, y a la compañera noruega que explicó lo que habían vivido recientemente con la masacre en su país.